Amate Camp

Tepoztlán lleva años como uno de los destinos de yoga favoritos de la banda buena onda, la cual asegura que este pueblito de Morelos sea pura buena vibra. Sea o no así, Amate Camp fue diseñado no como hotel, sino como un retreat de yoga. Sus habitaciones son sencillas: pequeñas palapas que sirven exclusivamente para dormir. Organizan camps todos los meses, además de temazcales y ceremonias de fuego todos los días y, aprovechando la montaña, también caminatas a los cerros. Lo más bonito es su salón de yoga, una gigantesca palapa en las alturas que integra el paisaje a la experiencia de la práctica.

El Santuario

Este hermoso hotel de Valle de Bravo es uno de los destinos de yoga pioneros en cuanto a bienestar y actividades deportivas. Más allá de todas las actividades que ofrece (desde campo de golf hasta paseos a caballo), el hotel organiza retiros que brindan, además de yoga, todo un programa dedicado a la salud y el bienestar. Aquí lo mejor es poder combinar todo lo que Valle de Bravo tiene para ofrecer junto con el programa del hotel. El Santuario suele incluir todos los alimentos y actividades.

Present Moment

Este hotelito de Troncones, Zihuatanejo, nació con el fin de ofrecer un espacio de bienestar integral. Aquí todo, incluso la comida, está pensado para que los huéspedes se sientan y estén mejor. Como el yoga es parte fundamental de la experiencia, se organizan retiros hasta dos veces al mes. Los precios son altos, pero incluyen siete noches de alojamiento, todos los alimentos y actividades. Para los que van sólo a disfrutar el hotel, sus búngalos son sencillos pero llenos de color, y sus tarifas suelen cubrir un paquete de actividades que, además de yoga, puede incluir clases de surf.