Caótica, húmeda, selvática, emocionante y divertida, Bangkok es una de esas ciudades llena de todo: de olores, sonidos, texturas y sabores sorprendentes. Y cuando uno llega, no tarda en enamorarse de su caos ordenado.

El problema es, entonces, ¿por dónde empezar a explorar? Puede ser con una visita a Wat Pho, el famoso templo del buda inclinado. Después, y para descansar de la caminata, una buena idea es ir la escuela de masajes que se esconde en una esquina del templo y donde por poco dinero se ofrecen masajes de pies. Ya con más energía hay que seguir a Wat Arun, un hermoso templo budista que mira al río. Luego hay que asomarse a Jim Thompson House Museum, para conocer la historia de este enamorado de Tailandia. Ya por la zona, hay que ir a Siam Paragon, un espectacular centro comercial que además tiene una increíble sección de comida.