Lugares para desayunar hay muchos, pero para la hora del brunch —ese matrimonio perfecto entre el desayuno y el lunch— sólo hay algunos especializados. En la calle de Zacatecas, en la Roma, Lalo! es uno de esos favoritos que no pasan de moda, porque tiene pan dulce delicioso, chilaquiles que nunca fallan, un croque madame como para alimentar a una familia pequeña y la opción de un guisado que cambia cada fin de semana.

Muy cerca de ahí, en Lardo, Elena Reygadas se ha consagrado como una gran favorita de los desayunos tardíos, gracias a su pan recién hecho (el rollo de guayaba es una verdadera delicia) y su gran variedad de recetas de huevos. Los preparan con hoja santa, mole, hongos, calabaza, aguacate y arúgula, y hasta con tocino y parmesano. También tienen una supervariedad de sándwiches —nuestra recomendación es el de pan de pulque con aguacate y queso.

Un recién llegado, Niddo, es posiblemente el lugar más de moda a la hora de elegir una opción para brunch y, por eso, evitarse la fila es imposible. Pero, si la gente espera, es por algo, ya que la comida aquí es deliciosa, en porciones muy bien servidas. Los chilaquiles, el toast de aguacate y los pancakes están buenísimos, pero también la avena con frutas y todas las opciones de pan dulce.