Nevado de Colima

Travesías Media / Daniel Klinckwort

La aventura de subir el Nevado de Colima

Aventura 30 marzo, 2021

No hace falta ser un experto montañista: una buena condición física y muchas ganas es todo lo que hace falta para subir hasta lo más alto del Nevado de Colima.

De todos los volcanes y montañas que se pueden subir en México, el Nevado de Colima tiene algo muy especial: desde lo más alto la vista regala, además de un espectacular paisaje, la imagen desde todo lo alto del vecino Volcán de Colima. En realidad, ambos picos son volcanes, pero el Nevado ya no está activo, y por esa razón se puede subir hasta su cumbre.

Primero, la planeación y preparación previas

Con 4,260 metros sobre el nivel del mar, el Nevado de Colima es la séptima montaña más alta del país y, aunque lleve el nombre del estado vecino, se encuentra todavía en Jalisco. La mayoría de los que visitan el Parque Nacional Nevado de Colima empiezan su recorrido en Guadalajara, donde pueden pasar a Migö a equiparse con todo lo necesario para la subida: ropa y accesorios para el clima de montaña (el cambio de temperatura al subir a los refugios es súper drástico, así que hay que ir bien preparados para el frío).

Nevado de Colima

Desde Guadalajara hay que llegar a Ciudad Guzmán, desde ahí entrar al parque nacional, donde hay espacios designados para acampar y cabañas para dormir. Hay baños y agua potable, también un río para los más aventureros que quieran un plan más natural. El Nevado de Colima tiene un pico muy rocoso, que protege desde todo lo alto los alrededores y recuerda a los montañistas el reto que los espera.

El reto: alcanzar la cima del nevado

La subida es dura y requiere de buena condición, aunque no es necesario hacerla a velocidad, si hay tiempo y paciencia, la mayoría podrá lograrlo sin problema. La parte más complicada son los arenales a la hora de subir, pues cada paso cuesta el doble, pero a la hora de la bajada, esos mismos arenales son un verdadero placer: se puede bajar volando sobre ellos.

En la última parte del asenso hay que enfrentarse con piedra, pero la ruta está ya muy trazada y hay escaleras para ayudar a hacer el recorrido. Una vez en la punta, la vista es espectacular: alrededor, la mirada se pierde en los vastos valles que se extienden de un lado y del otro, y justo enfrente, el volcán aparece como un gigante majestuoso. Detrás de él se extiende el pequeño estado de Colima y, si uno mira bien y el día está lo suficiente despejado, al fondo se puede ver el océano Pacífico. Y entonces todo el cansancio y el esfuerzo valen la pena.

Parque Nacional Nevado de Colima

Travesías Media / Daniel Klinckwort


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