1. Ir a Tacos El Franc, una de las taquerías más famosas de la ciudad y pedir un taco de adobada, que se cocina en un trompo de cerdo muy parecido al pastor chilango. Los taquitos ser sirven ya preparados, con salsa y aguacate.

2. Tomarse un día para explorar el Cecut, el complejo cultural más importante de la ciudad. Hay museos, salas de cine, restaurantes, un domo IMAX, un acuario y hasta un jardín botánico. Es imposible que pase desapercibido, pues todo el mundo ubica la esfera de concreto que suelen llamar “La Bola” y que es en realidad el cine.

3. Lo más bonito de Tijuana son las playas. Además de asomarse al muro, y de caminar por el paseo costero, hay que buscar los Tacos Aarón, otro favorito de los locales.

4. Pasar una mañana en El Trompo, un museo de ciencia para niños y jóvenes que se encuentra en el Parque Morelos, donde también está el zoológico, por lo que es un plan ideal para quien viaja en familia.

5. Desvelarse explorando avenida Revolución, el epicentro de la vida nocturna de Tijuana. Pregunta por Dandy del Sur, dando la vuelta sobre Flores Magón, una de las cantinas más auténticas y con un aire de otra época.

6. El Mercado Hidalgo tiene una buena combinación de artesanías y productos típicos y regionales que no encontrarías en otras partes del país.

7. Ningún viaje a Tijuana está completo sin la experiencia de “cruzar” al otro lado. Puedes hacerlo por San Ysidro o por Otay.