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La belleza colonial de Antigua

Destinos 18 marzo, 2021

Protegida por los volcanes, esta preciosa ciudad colonial —capital de Guatemala hasta 1773— se siente como dar un brinco al pasado.

Aunque a lo largo y ancho de Latinoamérica hay muchas ciudades coloniales que han conseguido preservar su esplendor con el paso del tiempo (pensamos en San Cristóbal de las Casas, en Oaxaca, en Cuzco, o en Cartagena de Indias), lo cierto es que ninguna puede competir con Antigua, Guatemala, y es que ninguna otra está enmarcada por el espectacular paisaje de tres volcanes: el de Fuego, el de Agua y el Acatenango. 

Además de ese telón de fondo, Antigua ha conservado también una rica arquitectura barroca que, a pesar de un sismo que destruyó mucho de su patrimonio en 1773, nos habla de un pasado de mucha riqueza, cultural y económica. El Arco de Santa Catalina es seguramente el punto más fotografiado de la ciudad. Su objetivo original era servir de pasaje para las monjas del convento de Santa Catalina, pero hoy parece que hubiera sido diseñado para enmarcar la calle empedrada con el volcán al fondo.

El recorrido por las iglesias de Antigua puede comenzar en la Catedral de San José, con una portada más bien baja. Luego se puede seguir al Convento de las Capuchinas, al Convento de Santa Clara y a la Iglesia de La Merced que presume una espectacular fuente en el centro del patio, la más grande del país.

Esos volcanes que hacen del paisaje algo tan especial fueron también los causantes de muchos de los terremotos que han azotado la ciudad. Hasta la fecha, muchas construcciones, como el Convento de Santo Domingo, el Colegio de la Compañía de Jesús y el Convento de la Recolección, se mantienen todavía medio en ruinas, medio recuperadas, lo que convierte la visita en algo muy particular.

Si hay una fecha ideal para visitar Antigua es, sin duda, Semana Santa. Durante las celebraciones las calles de la ciudad se tapizan con hermosos diseños de colores y flores, y las procesiones son un verdadero espectáculo. Luego se puede continuar al Lago Atitlán, también rodeado de volcanes, o hacer una excursión a la selva, para ver las ruinas de Tikal.

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