San Marcos

Seguramente es su sitio más turístico, pero qué importa eso si su fama está justificada. Además de la hermosa Basílica de San Marcos y el gran campanario, la plaza en sí es muy bonita, y dependiendo de la época del año en que visites, podría hasta tocarte verla medio inundada (en invierno, cuando sube el agua, es muy común que suceda). Y para completar el cliché, además de tomarte muchas fotos, siéntate en la terraza del Caffè Florian y pide un aperitivo antes de que caiga el sol.

Ponte di Rialto

De entre los cuatro puentes de la ciudad, éste es el más bonito, el más grande y el único que tiene toda una fila de tiendas sobre él mismo. La obra de ingeniería, que se sostiene en un solo arco, fue toda una proeza diseñada por Antonio da Ponte en 1591. Crúzalo con un objetivo, llegar a Riva del Vin, la calle que bordea el Gran Canal y desde donde el puente y la ciudad lucen espectaculares.

San Giorgio Maggiore

Venecia puede ser una ciudad complicada, y es común perderse entre sus callejones. Muchas veces, para apreciarla realmente, lo mejor es alejarse, y el mejor punto para hacerlo es la Basílica de San Giorgio Maggiore. Además de visitar la iglesia, las vistas del Palacio Ducal desde aquí son particularmente buenas.

La Giudecca

Siendo una ciudad muy turística es fácil cansarse de las multitudes, por eso es buena idea dedicar una mañana a perderse entre las calles de la Giudecca, un barrio menos concurrido, pero igualmente hermoso. Sería perfecto terminar la caminata en el Cipriani, uno de los hoteles más famosos del mundo.

Museo del Vidrio

Seguramente has escuchado alguna vez del cristal de Murano, una técnica artesanal de fabricar cristal que se lleva a cabo en la isla que le regala su nombre, muy cerca de Venecia. La visita vale la pena, sí, por conocer el museo y, desde luego, comprar piezas fabricadas con este preciado cristal, pero también nos gusta porque el viaje en barco permite entender la ciudad y sus alrededores desde otro ángulo. Una alternativa menos visitada es Torcello, mucho más verde y menos poblada.

Recorrer el Gran Canal

No tiene que ser en una góndola (aunque si se puede, mejor), pero recorrer la avenida principal de Venecia es un básico de cualquier viajero. Al tratarse de una ciudad que en lugar de calles tiene canales, el transporte público se mueve por agua, así que puedes tomar el famoso vaporetto y utilizarlo como si fuera tu transporte privado, disfrutando del paisaje que regala la ciudad desde el agua.

El tip: si algún día puedes visitar Venecia durante la época del Carnaval (febrero), no dejes de hacerlo. Muchos turistas se desaniman por los precios de los hospedajes, que se incrementan drásticamente, pero una posibilidad es dormir en una ciudad cercana e ir y venir. Padua es una buena opción, llena de cosas para hacer, y el recorrido en tren toma solamente una hora.