Ya sea que desees explorar sus alrededores y sitios arqueológicos, perderte por sus mercados probando platillos deliciosos o visitar algunos de los restaurantes más premiados de Latinoamérica, Oaxaca está hasta arriba en esa lista para comer, beber y amar. 

Ese amor por Oaxaca

Parece que el amor por Oaxaca es universal, su fama se ha extendido a todas partes del planeta y esto la ha convertido en ese lugar multicultural de esencia pura y auténtica. Algo que en colectivo —locales y visitantes— protegen, aman y celebran.

La ciudad de Oaxaca se descubre poco a poco; primero hay que recorrer esa franja imperdible y conocer sus museos, mercados, el templo de Santo Domingo con su jardín botánico, el Centro de las Artes de San Agustín Etla y Monte Albán. Una vez cubierta esa lista, hay que llegar más profundo y dejar que corran un poco las horas entre cafés, caminatas y terrazas, de charla en charla, de mezcal en mezcal. Sin prisa. 

Por la mañana

Vale la pena disfrutar el cielo azul de Oaxaca y sus mañanas frescas con un buen café en alguna terraza o desayunar directamente en alguno de sus mercados. El pasillo de humo en el mercado 20 de Noviembre y el mercado de La Merced son dos de los clásicos para saborear algún café y chocolate con pan de yema, una tlayuda o algún otro antojo de tantos que se ofrecen.

Otro plan es desayunar en el jardín de Casa Oaxaca, del chef Alejandro Ruíz, uno de los restaurantes más galardonados de los últimos años. Pide unos huevos rancheros con hoja santa al comal o unas empanadas de mole verde o amarillo. También puedes comer o cenar aquí, no dejes de hacer una reservación para disfrutar de los sabores más delicados de una cocina oaxaqueña moderna.

Si eres amante del pan, Boulenc te encantará. Las filas que verás afuera de este lugar hablan de su calidad. La pequeña panadería que abrió en 2014 hoy es un restaurante delicioso con una oferta diferente a la de la comida local. Algunos de sus platillos incluyen la shakshuka, el rollo de estragón (que no te puedes perder) y el kéfir. 

Ahora, si deseas tomar una clase de cocina, recuerda agendar con tiempo y comenzar el día recorriendo los mercados de la mano de Pilar Cabrera, chef del restaurante La Olla. 

Si vas a realizar una excursión a lugares cercanos como Mitla, Monte Albán o Hierve el Agua, te recomendamos hacerlo por la mañana, para disfrutar el clima fresco y regresar a la ciudad con calma.

Por la tarde

Vale la pena perderse por las calles de Oaxaca, adentrarse en sus boutiques y galerías, encontrar algún café para descansar y ver a la gente pasar. 

El taller de Jacobo y María Ángeles es el lugar ideal para ver algunos de los alebrijes más especiales de la región. Está a pocos kilómetros de la capital y podrás adquirir alguna de sus piezas únicas o tomar una divertida clase para elaborar tu propio alebrije. No pierdas la oportunidad de probar algunos de los excelentes mezcales que también podrás adquirir en el taller.

Otra alternativa es agendar una visita al Jardín Etnobotánico. Ubicado en la antigua huerta del Exconvento de Santo Domingo, alberga numerosas especies endémicas de la región. El trabajo que se hace en este lugar no sólo se concentra en la conservación de las especies, sino en una investigación histórica muy completa. Ofrece  visitas guiadas en varios idiomas.

Si te gusta la artesanía, puedes visitar el Colectivo 1050º, una cooperativa que representa a más de 50 alfareros y alfareras de tres estados del sureste del país, incluyendo Oaxaca. Su modelo de negocio es muy interesante, ya que es una economía solidaria de comercio justo. “El 40% de cada pieza que tú adquieres, se destina a nosotras, las artesanas, mientras que el margen de ganancias va para los diferentes fondos sociales de la cooperativa (educación cooperativista, salud y vivienda)”, indican en su página web. Aquí encontrarás vajillas y objetos labrados con destreza y elegancia. Su lema es “somos barro”, y el 1050º se refiere a los grados centígrados a los que se hornea este material.

Para comer, puedes elegir un restaurante como Levadura de Olla, donde los platillos oaxaqueños cobran un nuevo sentido al enfocarse en la comida ceremonial de los pueblos indígenas. La cocinera Thalía Barrios, a la corta edad de 25 años, ha creado un lugar verdaderamente único. No te pierdas la tlayuda con cecina o tasajo y la variedad de moles, que son una delicia.

Si tu paladar pide un descanso de la comida local y deseas probar la cocina mediterránea con opciones veganas, Adamá te encantará. No dejes de deleitarte con platillos como el falafel, preparado con garbanzo molido, el mayadara, hecho con arroz, lentejas y cebolla caramelizada, o la coliflor asada con salsa de tahini verde.

Mientras caminas, presta atención a las calles; si tienes suerte, te tocará ver una calenda, una fiesta-desfile llena de baile, música, “marmotas” y chinas oaxaqueñas. 

Cuando comienza a caer la tarde, puedes ir a alguna de las mezcalerías de la ciudad, como Mezcalería In Situ, para disfrutar una cata tradicional y descubrir algo más de este destilado. 

Por la noche

Si quieres meter la cuchara (literalmente) en otro de los restaurantes más reconocidos del momento, date una vuelta para cenar en Pitiona y descubre una cocina de autor que celebra el terruño oaxaqueño bajo la batuta del chef José Manuel Baños. 

Crudo es otra opción sumamente interesante. Este lugar abrió durante la pandemia y rápidamente se ha vuelto uno de los favoritos de locales y turistas. En su interior caben solo cinco comensales que son atendidos personalmente por el chef Ricardo Avellano. 

Este restaurante es un omakase oaxaqueño y tiene un menú degustación con mezclas innovadoras que combinan a la perfección la comida japonesa con la mexicana.

Otro lugar que debes conocer es Oaxacalifornia. En este restaurante se unen los sabores de Baja California y Oaxaca de una forma fluida y armoniosa gracias al chef Alejandro Ruiz (Casa Oaxaca). Si te gustan los pescados y mariscos, este lugar es para ti, además el maridaje con vinos de Ensenada es imperdible.

Oaxaca tiene mucho que ofrecer en temas culturales, así es que si quieres encontrar algún evento de danza, una galería con alguna exhibición interesante, un concierto o cualquier otro tipo de evento cultural, no dejes de consultar la cartelera de Qué Pasa Oaxaca. 

Dónde dormir

Las opciones para dormir son muy diversas, las hay para todos los presupuestos. 

Grand Fiesta Americana. Este hotel ubicado frente a El Llano, una plaza donde transcurre la vida de la ciudad, tiene una mezcla de toques tradicionales y modernos. Aquí podrás nadar en la piscina, darte un masaje en el spa, regresar a tu rutina deportiva en el gimnasio, o incluso trabajar desde el centro de negocios del hotel.

Casa Silencio. Esta es una opción diferente, ya que es un retiro de lujo con solamente seis suites. Obra del arquitecto Alejandro D’Acosta, quien incluyó una destilería en su diseño, el hotel fue construido de una forma ecológica, con técnicas ancestrales como el tapial, o tierra compactada. Si buscas un remanso alejado del ruido de la ciudad, este lugar te gustará.

Grana. Este hotel boutique es para quien busca una estancia casera y muy original. En sus mesas compartidas se genera un ambiente familiar y cálido, y en sus hamacas podrás descansar de un día lleno de actividades. Si viajas con mascotas, estás de suerte, ya que este hotel es pet friendly.

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Oaxaca es la ciudad que roba suspiros. Cada quien sabe por qué, ya sea por la comida, la fiesta, los colores intensos de sus cielos, sus árboles llenos de flores, las fachadas de sus casas o los bordados de sus huipiles. Oaxaca nos hace suspirar a todos. A ti, ¿qué te enamora de Oaxaca?

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