
Travesías Media / Diego Berruecos
La reina de la comida callejera: Ensenada
Gastronomía | 14 febrero, 2020Ni la ruta del vino ni una escapada al mar: en esta ruta por Ensenada el foco lo ponemos en la mejor gastronomía callejera.
Hay dos opciones: quienes ya fueron y ya probaron, querrán regresar; quienes aún no lo han hecho, seguro se convencen. Ensenada es una de las ciudades más creativas en términos de comida callejera, y prueba de ello es la primera parada de esta ruta.
Se llama La Guerrerense y empezó como un sencillo puesto callejero, una carreta donde la señora Sabina ofrecía mariscos frescos preparados a su gusto. Nada muy complicado. Almejas preparadas en su concha, ceviches, cocteles. La clave de doña Sabina radica en la calidad de su materia prima y en el buen sazón de sus salsas. De hecho, sus salsas son tan exitosas que ahora se pueden comprar para llevar a casa. Pero saben mejor ahí mismo, a pie de calle. Saber elegir qué salsa va mejor con qué tostada/taco/coctel/almeja es todo un arte. Por eso es mejor pedirle ayuda a doña Sabina o a su hija, que la ayuda a atender el puesto. Hace poquito abrieron un restaurante propiamente, aunque la carreta se mantiene, y también tienen una sucursal en Ciudad de México, que es muy rica, aunque le falta el encanto de la calle de Ensenada.

De La Guerrerense, la ruta nos lleva a otros mariscos, El Güero. Aunque la oferta es parecida, aquí recomendamos quedarse con las conchas, especialmente los ostiones. Aunque es un puesto callejero, está perfectamente montado y organizado, y probar algunas de sus tostadas, ceviche de calamar o aguachile pueden ser buena opción.

Finalmente, para dejar los mariscos frescos y pasar a un plato fuerte, Tacos Mi Ranchito El Fénix, un poco más alejado del centro, se especializa exclusivamente en pescado y camarón empanizados que se sirven en tortilla de maíz. Aunque originalmente era un puesto, poco a poco se ha ido convirtiendo en un local en toda forma, y ahora hay opción de sentarse en una mesa, cosa que hace más disfrutable el taco.
Travesías Media / Diego Berruecos