Tiene fama de ser el mejor café del mundo: de sabor equilibrado y aromático, el tinto (así llaman los colombianos a su café) es sin duda uno de los tesoros del país. Por eso mismo es muy común encontrar mezclas que incluyen granos colombianos en cualquier rincón del planeta. Pero lo que no pasa todos los días es conocer el sitio donde crecen esos codiciados granos.

La ruta o el triángulo del café de Colombia es un recorrido que se extiende a lo largo de tres departamentos, el Quindío, Risaralda y Caldas, regiones que se ubican en el noroeste del país, en una zona muy montañosa, de vegetación tropical y de paisajes exuberantes. Aquí el clima es cálido la mayor parte del año, las carreteras son sinuosas y las plantas de café crecen por todas partes.

Lo ideal es volar desde Bogotá hasta Pereira, una ciudad que se encuentra en la parte baja de la ruta y que ofrece unos paisajes de guaduales hermosos. Vale la pena aprovechar para pasar unas noches disfrutando de la naturaleza en un lugar como Sazagua Hotel. 

Para comenzar el recorrido, el Parque del Café es una buena opción, pues ofrece un panorama general del proceso detrás de cada taza de tinto en un espacio natural que es como un gran parque de diversiones para chicos y grandes. Además de dos teleféricos, para disfrutar el paisaje desde todo lo alto, hay juegos, casas tradicionales y espacios para comer y tomar algo. Es un paseo que toma todo el día, por eso es mejor reservarle una jornada completa.

El recorrido continúa en Salento, un pueblo muy pintoresco, rodeado de fincas cafeteras. Te sorprenderá lo colorido de sus calles y de sus casas, cada una pintada de un tono distinto. Pero más impresionante es el Valle de Cocora, a 30 minutos del pueblo. Aquí, en las alturas de la montaña, el paisaje se va llenando de ¡palmeras! de hasta 60 metros de altura. Se trata, en realidad, de Palmas de Cera que parecen colocadas ahí de manera artificial.

En los alrededores de Manizales, anótate a una visita a la Hacienda Venecia Coffee Farm, que, además de mantener la clásica arquitectura de las fincas de la región (trabajos de madera y balcones en color rojo, encalados en blanco), es el lugar ideal para entender el proceso de beneficio del café, observando de cerca cada paso de la fabricación.

Sobra decirlo, pero aprovecha para comprar café antes de volver. La calidad del producto de la zona es muy buena, y definitivamente es un gran regalo para traer de vuelta a casa.