1. Ya sea en coche, avión, barco o tren, cada medio de transporte tiene un impacto, y a menos que llegues caminando, todos tienen su huella de carbono. Pero hay buenas noticias: muchas aerolíneas, por ejemplo, Aeroméxico, ofrecen bonos para reducir las emisiones de carbono, lo que ayuda a equilibrar el impacto. Si vas a viajar en coche, compartir o utilizar un vehículo híbrido o eléctrico puede disminuir significativamente tu huella.
2. Más allá del transporte, elegir dónde vas a dormir, cómo vas a apoyar a la comunidad o incluso qué destino visitarás también tiene un impacto. Apoyar a pequeñas empresas —un hotel boutique familiar, por ejemplo— o consumir en negocios locales hace toda la diferencia. La fórmula es sencilla: prefiere siempre lo local.
3. Escoger un destino poco conocido o que no recibe mucho turismo es una buena manera de tener un impacto positivo más rápidamente con las comunidades. Si en cambio visitas lugares muy populares, donde hay más empresas grandes involucradas en el turismo, tu apoyo a las comunidades tardará más en tener beneficios perceptibles.
4. Elige planes que pongan el foco en la naturaleza: caminatas, recorridos por montañas o áreas protegidas y parques naturales, paseos en bicicleta. Esta forma de viajar te permite disfrutar el entorno a un ritmo más pausado y disminuye significativamente tu huella de carbono.
5. Conoce primero tu país. Muchas veces queremos viajar del otro lado del mundo y olvidamos que a pocos kilómetros hay cosas maravillosas por descubrir. Los viajes cercanos tienen un impacto mucho menor y son más amigables con el medio ambiente.

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