Pintura clásica —y nueva gastronomía— en Brujas y Gante

Cultura 1 octubre, 2020

En Bélgica, dos pequeñas ciudades medievales son el epicentro de la pintura flamenca, pero, también, la cuna de una nueva generación de chefs y cocineros.

Si hay por ahí un amante de la pintura flamenca, seguramente habrá oído hablar de Brujas y de Gante, dos pequeñas ciudades que durante el siglo XVI fueron el epicentro de un importante movimiento pictórico cuyo estilo se caracteriza por el realismo y la atención al detalle. Aunque la pintura flamenca nació aquí, muchos de los cuadros más importantes terminaron en otros países, como El jardín de las delicias, de El Bosco, que está en El Prado de Madrid, o el retrato de Los esposos Arnolfini, en la National Gallery de Londres.

Brujas y Gante

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Gante: la ciudad del cordero místico

Entre las obras que se conservan aquí, la más importante está en Gante y se trata de un gigantesco retablo titulado la Adoración del cordero místico, obra de los hermanos Hubert y Jan van Eyck, la cual, desde que se concluyó en 1432, se encuentra en la iglesia de San Juan de Gante. Se trata de una pintura religiosa, como todas las que se pintaban entonces, pero sorprende mucho los colores brillantes y el realismo en los detalles: la manera en que se dibujan los pliegues de las telas, la forma en que las venas se perciben debajo de la piel. Aunque hay temas de composición y perspectiva que todavía no estaban resueltos, la ejecución nos sigue sorprendiendo, más de 500 años después.

Vrijmoed

Al contrario del arte flamenco, la cocina en la ciudad ha cambiado mucho en los últimos años. Para la alta gastronomía, Vrijmoed, del chef Michaël Vrijmoed, ofrece una aproximación muy personal a la cocina. No es un restaurante sencillo, para ir sólo de pasada; aquí se viene a vivir una experiencia completa, no por nada puede presumir dos estrellas Michelin. Nos gusta especialmente que el menú del mediodía sea más accesible (tres tiempos por 60 euros) y que tenga la opción de pedir un menú vegetariano completo (se puede elegir desde tres hasta siete tiempos).

Otro chef que ha revolucionado la escena en Gante es Vilhjalmur Sigurdarson, cuya cocina se inspira en los vegetales de temporada. Utiliza solamente productos orgánicos y, aunque el foco está puesto en los vegetales, se complementan con carnes y pescados. Su local, Souvenir, tiene una decoración moderna y los precios son más accesibles (con un menú de cuatro tiempos para el almuerzo, de 48 euros).

Brujas: canales, pintura y buena comida

De entre todos los pueblos y las ciudades flamencas, Brujas es la más famosa, seguramente por sus canales y edificios medievales, que hacen que parezca como salida de un cuento de hadas. Lo ideal para ver pintura flamenca es acercarse al Museo Groeninge, donde se encuentra la famosa Virgen del canónigo Van der Paele, de Jan van Eyck, y el Tríptico Moreel, de Hans Memling, dos piezas muy importantes de la pintura flamenca. Hay también obras mucho más recientes que permiten ver la evolución del arte belga.

Brujas

A la hora de comer, un buen punto de partida en Brujas sería Franco Belge, donde dos amigos, los chefs Dries Cracco y Tomas Puype, se encargan de preparar un menú que ellos mismos definen como cocina clásica franco-belga con un twist. Otra opción es Brutal, un proyecto encabezado por el chef Bruno Timperman y el sommelier Gauthier Cauwels, donde la idea es divertirse mezclando comida y vinos naturales.

Y cuando el paseo termine, habrá que dejar espacio para un famoso gofre belga, que no es otra cosa que un clásico waffle bañado en el más delicioso chocolate con leche (¡y la comida callejera más tradicional del país!).

Descubre Bélgica a otro ritmo: recorrerlo a pie o en bici te da otra perspectiva y te ayuda a disfrutarlo a una velocidad más humana.


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