Bienvenidos al Delta del Okavango

AventuraDestinos 18 marzo, 2021

Cortesía Eagle Island Lodge

Al norte de Botsuana, en el sur de África, un ecosistema único es hogar de algunos de los más grandiosos animales del planeta. Aquí te contamos dónde, cómo y qué hacer para visitarlo.

Botsuana suena ya de por sí exótico, pero si hablamos del Delta del Okavango, la cosa es todavía más atípica. Estas tierras, que colindan con el desierto del Kalahari, uno de los más secos del planeta, reciben cada año el agua que baja de las montañas de Angola, después de recorrer más de 1,600 kilómetros, y convirtiendo un terreno árido en un rico humedal donde florece la vida. El milagro del Okavango permite que hipopótamos y elefantes, entre cientos de animales más, puedan crecer rodeados de agua y alimento.

Pero, ¿cómo llega uno hasta aquí? Para conocer esta joya de la naturaleza hay que volar a Maun, la ciudad que marca la puerta de entrada al Okavango. Hay vuelos directos desde Johannesburgo, en Sudáfrica, o desde la capital, Gaborone, que se encuentra del otro lado del país. Ya en Maun, y dependiendo del safari o campamento que elija el viajero, es posible hacer el recorrido, ya sea por aire o por tierra. Moremi Game Reserve y Chobe National Park son dos de los parques más populares para visitar, pero hay muchas reservas y conexiones, todas con regulaciones distintas y que permiten explorar el terreno siguiendo reglas para evitar dañar la flora y la fauna.

Uno de los más famosos campamentos del Okavango es Eagle Island Lodge, que se fundó en 1900. Muchas cosas han pasado desde entonces, pero el camp ha permanecido abierto siempre, recibiendo a los viajeros que quieren explorar los humedales en un típico mokoro, una especie de canoa que han utilizado los locales para transportarse por los canales que van abriendo los elefantes. Este es territorio sobre todo de hipopótamos, y es muy común escucharlos por la noche, cuando son más activos, desplazándose entre las casitas del camp.

Por su particular ubicación y su biodiversidad, los viajeros que vienen al Okavango suelen disfrutar de safaris que les permiten ver a los cinco grandes: león, leopardo, elefante, búfalo y rinoceronte, y mucho más: antílopes, jirafas, perros salvajes, cocodrilos y una diversidad de pájaros que uno no puede imaginar ni entender hasta estar ahí.

Lo ideal es pasar al menos unos 10 días en Botsuana y visitar dos o tres camps, combinando la experiencia más acuática con una más tradicional, como Savuti Wilderness Camp, muy cerca de la frontera con Namibia, o Sandibe, muy cerca de la reserva de Moremi.

En cualquier caso, y aprovechando que la puerta de entrada suele ser Sudáfrica, lo ideal es extender el viaje con unos días en Cape Town o Johannesburgo


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