Puede parecer de lo más aburrido y cuadrado, pero es la mejor manera de disponer del tiempo. No se trata de realizar en un día la mayor cantidad de experiencias, la idea es disfrutar y tomarse el tiempo justo para conocer otra cultura.

Lo primero que se debe hacer es conocer el destino al que se viaja: su clima, la historia, sus costumbres, la gastronomía, el arte e incluso las noticias del día a día. Hay que seleccionar los puntos más importantes. Sirve anotarlos en una lista, con su respectiva dirección y el tiempo que pensamos dedicarle a cada visita. Los smartphones y los iPhones tienen aplicaciones precargadas de notas y recordatorios, una excelente herramienta para hacer esta planeación. Consulta aquí algunas apps que pueden ser de utilidad en este proceso.

Es recomendable trazar una ruta, idealmente en un mapa de Google, que tenga cierta lógica, así puedes visitar los sitios que te interesen y queden cerca en un mismo día. Google Maps, además, permite descargar regiones completas. Baja tu destino antes del viaje para que puedas usarlo offline una vez que estés ahí.

Finalmente —y quizá sea lo que definirá el itinerario—, el presupuesto. Además del dinero para hospedaje, comida y transporte, también es necesario un apartado para atracciones y experiencias. Investigar el costo de las entradas a museos, centros culturales y tours te ayudará a definir cuáles lugares tienen prioridad. Estamos seguros de que ir con un plan en mente te ayudará a disfrutar más tus viajes.