Las playas de Río de Janeiro

Destinos 1 octubre, 2020

Es una de las ciudades más hermosas del mundo, llena de historia, buena gastronomía y animada vida nocturna, pero nada supera a disfrutar un día de playa carioca.

En Río todo es exagerado, dramático. Primero, su geografía: las montañas que marcan la entrada a la bahía de Guanabara, la selva que parece querer comérselo todo, las playas que van desde el Pan de Azúcar hasta Barra de Tijuca. Las favelas que se extienden de un lado, los barrios residenciales que compiten del otro. Todo es a lo grande en Brasil, y Río no es la excepción.

De entre las mil cosas que uno puede hacer en la ciudad, pasarse un día en la playa es una obligación del viajero, pues es aquí donde se vive el verdadero ambiente carioca, sólo superado por la vida nocturna o, desde luego, por el Carnaval, pero ésa es otra historia. Además del sol y el mar, las playas de Río de Janeiro son también un espacio de culto al cuerpo, donde los locales practican y presumen su buena condición física.

Playas de Río de Janeiro

Getty Images

Lo ideal sería dedicarle un día a cada playa, empezando por Copacabana, la más famosa de todas. Ya desde la caminata por la Avenida Atlántica, con sus mosaicos en blanco y negro, uno se siente en otro mundo. Uno de los edificios más elegantes de la ciudad se encuentra justamente aquí, el hotel Belmond Copacabana Palace. Si no es para dormir, se puede visitar y anotarse al brunch del fin de semana en el restaurante Pérgula.

Aunque la playa sea aparentemente igual, está dividida en sectores: puede ser la playa gay, la de los futbolistas o la de los pescadores. Fíjate antes de elegir un espacio para acomodarte bajo una sombrilla (hay que rentarlas) y aprovecha los botecos sobre la avenida para conseguir alimentos y bebidas.

Copacabana Palace

La siguiente playa es Ipanema, también mítica por aquella canción que la hizo famosa. En una de las esquinas de la playa se encuentra el Hotel Fasano, otro gran favorito. Quien se quede aquí podrá disfrutar unas vistas espectaculares desde la alberca en la terraza del último piso.

Las playas de Río de Janeiro suelen llenarse mucho, especialmente los fines de semana, y hay que ser cuidadosos porque hay también muchos vendedores ambulantes y personas que circulan buscando turistas despistados. De preferencia, no hay que llevar nada de valor y no se debe dejar las pertenencias solas.

Un poco más allá, la playa de Leblon es la más exclusiva de las tres, por encontrarse en un barrio residencial. Es buena idea instalarse a la altura del Puesto 12 y aprovechar la tarde-noche para visitar Jobi, un boteco tradicional muy animado, ideal para cerrar un día de arena y sol.

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