Sólo tres cabañas, una casa principal y una cocina al aire libre componen este hotel que hace sentir a sus huéspedes en un bosque finlandés. Madera y piedra son los materiales protagónicos en su arquitecura, y todos provienen de comunidades locales; al elegirlos, los arquitectos se aseguraron de que respetaran el medio ambiente y que permitieran que el proyecto fuera sustentable. Las tres habitaciones –para dos y cuatro personas– comparten la misma estética, pero cada una con personalidad única. El hotel no tiene luz eléctrica ni wifi, por las noches sólo es alumbrado por la luz de las velas y la chimenea. Con estas características, se nota que este alojamiento está pensado para quien realmente busque desconectarse y tener un amorío con la naturaleza. Por el día es posible tomar una bicicleta y perderse por el bosque o darse un baño en el manantial cercano al hotel. La comida debe ser cortada del huerto por los huéspedes y cocinada a la leña. 

Ya sea que te tomes algunos días o sólo el fin de semana, Valle de Bravo tiene muchas opciones para relajarte. Conoce más destinos para desconectarte en viajeropremier.clubpremier.com.