Por muchos años Acapulco fue la playa más famosa de México: era la favorita de las celebridades de Hollywood y todo el mundo había escuchado de su hermosa bahía. Con el tiempo, otras playas le fueron haciendo competencia, y hoy se mantiene como un destino más popular entre los mexicanos que los extranjeros. Por muchas razones, el turismo ha tenido sus altibajos y muchos viajeros que lo frecuentaban han dejado de ir. Pero si vuelves a asomarte, sobre todo después de muchos años, seguro que te sorprende su belleza.

No por nada este puerto histórico, desde donde salían los barcos a las Filipinas en la época colonial, se hizo tan famoso. Su bahía sigue siendo tan grande que no alcanzan los ojos para abarcarla toda, y las montañas que la circundan, especialmente en temporada de lluvias, son verdes y exuberantes. Y aunque muchos desarrollos se han movido hacia la zona de Puerto Marqués y Playa Diamante, la bahía sigue siendo la más hermosa.

Muchas cosas han cambiado en Acapulco en los últimos años, y los restaurantes no son la excepción. Para una opción relajada a la hora de empezar el día, lo mejor será ir a Mamma Gaia, en la zona de Acapulco Diamante, un jardín-restaurante muy fresco y agradable para el desayuno y el brunch. Muchos fines de semana organizan clases de yoga y tienen un espacio para niños, así que es ideal para ir en familia.

Siguiendo en ese ánimo de inspiración asiática, el hotel Banyan Tree sigue siendo el favorito de los que se quieren regalar unos días de privacidad absoluta. Cada habitación es como una casita en el árbol, totalmente privada. Eso quiere decir que una vez que uno llega puede no volver a salir. Las Brisas también es muy privado e ideal para un viaje en pareja. Y desde luego, hay muchas opciones de rentas de departamentos y casas de todos los tamaños imaginables y de todos los precios.

El chef Eduardo Palazuelos, hijo de la reconocida chef Susana Palazuelos, abrió hace unos años Zibu, un restaurante de inspiración tailandesa que además de comida deliciosa tiene unas de las vistas más hermosas de la Bahía de Puerto Marqués. En el menú hay nigiris y sashimis, tacos de jaiba, brochetas y, desde luego, curry y pad thai. Eso sí, hay que reservar con tiempo y es buena idea ir alrededor de las seis de la tarde para disfrutar el atardecer. Aunque la verdad es que, para cerrar el paseo y ver la mejor puesta de sol, la recomendación es acercarse a Barra de Coyuca o Pie de la Cuesta.