Marisa es fundadora de tres empresas, mamá de dos, fit y saludable. Ella, como todas las mamás, a veces necesita relajarse, así que a propósito del Día de las Madres nos cuenta en pluma propia sobre sus destinos favoritos para darse un break de la vida cotidiana. 

SANTA MÓNICA EN FAMILIA

Suena absurdo, pero a este destino fui con hijos y aún así pude darme muchos ratitos para mí. Me sorprendí de lo kid friendly que es esta zona de Los Ángeles –un destino que no es muy popular para ir con familia–. Nos hospedamos en el Hotel Loews, un hotel realmente pensado para ir con niños y para que los papás puedan relajarse. Tienen un restaurante precioso con vista al mar, en el que durante el brunch les ponen muchísimas actividades a los niños –como juegos de destreza y manualidades–, mientras los adultos pueden gozar de sus alimentos, cosa que en un restaurante rara vez –o más bien nunca– logramos, y en esta ocasión no sólo recuerdo mi frittata como la más deliciosa que he comido, sino que además pude disfrutar de una mimosa excepcional. 

Al salir del hotel, el Ocean Front Walk comienza a tan sólo unos metros. Es un sendero al lado del mar que va desde Muscle Beach hasta Venice Beach. Ahí mismo rentamos una bici de esas con carrito al frente, donde pude depositar a los dos y con el calorcito y viento de frente nos echamos todo el recorrido. Hay juegos cada uno o dos kilómetros: areneros, barco pirata, resbaladillas y columpios. En una de esas paradas –porque no perdonaron ni una–, aproveché para hacer mi work-out. Fue una maravilla. 

Al llegar a Venice hicimos un picnic en la playa. Hay muchos restaurantes que venden todo listo para llevar y echarte en la arena a comer. Nuestros favoritos fueron Lemonade, de comida ligera como sándwiches y ensaladas deliciosas, y Gjelina, donde hay pizzas de masa delgadita que me encantan y verduras al grill extraordinarias para quien busque una opción más healthy. Esa tarde mis hijos se entretuvieron horas en la arena mientras mi esposo y yo platicamos como lo hacíamos antes de ser papás. Bendita arena, es el mejor entretenimiento sensorial que existe. 

En varios ratitos durante el viaje me escapé a Abbott Kinney Boulevard para consentirme un rato. La terapia del shopping es muy sanadora para escapar del rush de la maternidad, descubrí una tienda que se llama Burro: todo mi estilo, boho chic y relajado. También me di el gustito de entrar a Blue Star Donuts, que por la cantidad de gente pensé que las donas que vendían debían de estar buenas. Pedí una de romero con blueberry que no estaba buena: estaba es-pec-ta-cu-lar. Me gustó tanto que al día siguiente llevé a mis hijos, superó las expectativas de todos. Y luego rematamos con un helado de lavanda de Salt & Straw, también delicioso.

Me encantó ir a Santa Mónica en familia, pasamos un tiempo de calidad increíble y también pudimos darnos nuestros ratos como pareja y ellos como niños independientes con actividades propias. 

Al llegar a Venice hicimos un picnic en la playa. Hay muchos restaurantes que venden todo listo para llevar y echarte en la arena a comer.

NUEVA YORK PARA CONSENTIRME

Este es un destino al que recurro cada que siento que el estrés y las responsabilidades de madre me rebasan. Una de mis mejores amigas vive ahí y no pasan más de dos años sin que la visite. A mí me gusta darme un break con experiencias que me lleven a lo que hacía antes de ser mamá. Prefiero muchísimo más irme a un bar y estar con mis amigas que pasar toda una mañana en un spa –aunque, claro, jamás me niego a un buen masajito–. Por eso, Nueva York es mi destino perfecto, el rush de Manhattan cuando voy sola me conquista, me revive. Hay el mejor shopping, bares increíbles, restaurantes de primera, me divierto como enana.

Mis restaurantes favoritos son Cote Korean Barbecue, que tiene un pequeño grill donde haces tu carnita asada, una súper música y el ambiente por alguna razón hace que rejuvenezca; Don Angie, abrió hace poco y ganó una estrella Michelin de volada, las reservaciones abren 30 días antes y se terminan en horas, por lo que casi tienes que planear tu viaje en torno a este restaurante, donde pedí una lasagna que creo que no voy a olvidar nunca; La Mercerie, mi lugar favorito para brunch, muy parisino, ideal para un croque madame y un buen café, con una tienda de decoración que vende objetos muy especiales, no perdono ir en cada visita, es un lugar en el que me relajo y lo recorro con la paz de no tener que perseguir niños que en cualquier descuido rompen una pieza de cerámica.

La vida nocturna en Nueva York es mi favorita, hay lugares para echar drinks muy especiales. Mis preferidos son el Harriet’s Rooftop del 1 Hotel en Brooklyn, que me encanta para precopear y estar ahí al atardecer, tiene una vista única, y Dante –en el West Village– , que ganó un premio al mejor bar de coctelería en el mundo. 

Cuando quiero darme un tiempo para estar conmigo misma, no perdono el Whitney Museum. Aunque NYC por falta de museos no muere, para mí ninguno se le iguala al Whitney. Es el más atrevido y el que tiene más ondita, siempre que voy algo nuevo me sorprende. 

Nueva York es mi destino perfecto, el rush de Manhattan cuando voy sola me conquista, me revive.

Esta última vez descubrí un spot al que quiero regresar siempre para terminar mi viaje: la alberca volada en el Equinox Hotel, al lado de The Vessel. Es ideal para tomarse algo, relajarse e incluso darse un buen masaje.

Amo Nueva York, siempre me da un nuevo aire y regreso a mi vida con la convicción de que soy persona además de ser mamá. Espero que este relato le ayude a otras mamás a convencerse de que parte de la clave para de disfrutar de la maternidad está en darse este tipo descansos. No cabe duda de que tener hijos es lo más lindo y gratificante que existe, pero también es el trabajo más cansado, y se vale darse un break.

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Biografía

Después de trabajar varios años en el área de Innovación Consciente para una empresa brasileña, Marisa decidió emprender su propio camino y dedicarse a ayudar a las personas a tener una vida saludable de forma sencilla, por lo que abrió Good Express –una de las primeras y más importantes tiendas en línea de productos healthy en México–. Tan sólo tres años después, abrió otra empresa basada en una de sus más grandes pasiones: la meditación. Hoy Project Meditation Studio cuenta con dos sucursales y más de 20 mil alumnos. Marisa busca emprender bajo el lema de dejar una huella positiva en el mundo y ha logrado hacer de sus hobbies una profesión.

Encuéntrala en Instagram como @healthy_entrepreneur_.