No se puede ir a la capital argentina sin visitar sus monumentos emblemáticos. Primero, el Obelisco; después, la cancha de Boca; tercero, la librería El Ateneo Grand Splendid. Así de importantes son los libros en esta ciudad. El Ateneo es un antiguo teatro y, aunque hoy funciona como una de las librerías mejor abastecidas —y más hermosas— del mundo, aún se puede disfrutar su impresionante arquitectura original, incluida la cúpula, de foto obligada.

Por Palermo

Pero la compra de libros no se detiene ahí, ya que Buenos Aires tiene decenas de librerías independientes, con sellos propios y mucha personalidad, en especial en el barrio de Palermo. Así que, entre el shopping de ropa y diseño, puedes detenerte, por ejemplo, en Eterna Cadencia, un local acogedor, de techos altos, con enormes estantes en los que no cabe un libro más. Tiene su propia editorial, del mismo nombre, por lo que además puedes salir con un título único que no vas a encontrar en ningún otro sitio. O simplemente siéntate en su barecito y disfruta la atmósfera muy porteña —es decir, al mismo tiempo antigua y nueva, europea y latinoamericana— del local.

Por Chacarita

Otra recomendación, mucho más oculta pero absolutamente imprescindible, es Falena, un local medio camuflado en la esquina de Charlone y Santos Dumont, en Chacarita (y, si somos tan específicos, es porque debes tocar para que te abran, ya que la entrada no es muy obvia). Dentro te espera una selección muy cuidada de libros de poesía y narrativa, ensayo, arte y hasta libros infantiles. Y cuando estés ahí, te darás cuenta de que la visita será larga: querrás recorrer cada mesa y librero, para después sentarte con una copa de vino y una selección de quesos y pan para escuchar las conversaciones creativas de las mesas aledañas y gozar la —muy buena— selección musical.