Para empezar, un clásico: antes de cualquier cosa, hay que ir a un típico restaurante bogotano y comer un plato de ajiaco, la sopa más famosa de la ciudad, que se hace con pollo, elote y tres distintos tipos de papa. Casa Vieja es un local que nunca falla y donde además hacen otras delicias, como empandas, platanitos, chicharrón y yuca.

Una vez cubierto el clásico, hay que ir a probar la versión moderna. La chef más reconocida del momento es Leonor Espinosa, quien ha rescatado ingredientes y recetas de todo el país. Su elegante local se llama Leo, y en su menú seguramente descubrirás ingredientes que ni sabías que existían, muchos provenientes del Amazonas colombiano. Si no tienes mucho presupuesto, no te preocupes, la misma chef tiene un local más relajado e informal, Misia, donde puedes probar sus deliciosos platos a precios más razonables.

Para el fin, asómate a un lugar joven y totalmente diferente. Se llama Salvo Patria, está en un barrio cool, cerca del centro, y el menú es totalmente original y cambiante. Aunque utilizan muchos ingredientes locales, sus preparaciones no suenan especialmente colombianas. Es divertido y tiene muy buen ambiente.

Ah, y que no se te olvide comprar una buena dotación de arequipe —la versión colombiana del dulce de leche.