Muchos conservacionistas hablan de que la mejor manera de consumir es utilizar una red de proximidad no mayor a 100 kilómetros. Eso quiere decir que, idealmente, la mayoría de los alimentos que utilizamos deberían de venir de cultivos próximos, pero ¿qué sucede cuando uno vive en una urbe como la Ciudad de México? Aunque muchas veces lo olvidamos, en nuestro caso ni siquiera es necesario salir de la ciudad, pues Xochimilco continúa funcionando como un gigantesco huerto que bien puede alimentar a una gran parte de la población de la metrópoli.

Teniendo esto en mente, y como parte de un proyecto que busca rescatar técnicas ancestrales de cultivo, hace algunos años surgió Yolcan (nombre original del proyecto). Lucio y Antonio, los fundadores, empezaron a trabajar con agricultores chinamperos de Xochimilco y los ayudaron a crear una red entre productores y consumidores. El esfuerzo en ese primer momento llevó a Yolcan a conectar a estos agricultores con muchos de los restaurantes más reconocidos de la ciudad, que valoraron especialmente la calidad de los productos. Contramar, Máximo, Pujol y Quintonil, entre muchos otros, se convirtieron en portavoces y defensores del proyecto, además de clientes.

Con la llegada del COVID-19, Yolcan se vio seriamente afectado, pues muchos de los restaurantes dejaron de consumir grandes cantidades de frutas y verduras. Fue entonces cuando empezaron a crecer su red de consumidores individuales, familias que, mediante una suscripción, reciben cada semana una canasta en su casa con la cosecha de la semana. Hace apenas unas semanas el proyecto evolucionó a Arca Terra, manteniendo las canastas que llevan cada semana a domicilio.

Ahora bien, ahí no termina la experiencia. Para conocer y entender realmente el proyecto, habrá que ir a conocerlo. La buena noticia es que en Arca Terra también organizan este tipo de actividades para acercar al consumidor al verdadero origen de los alimentos.

Una mañana en Arca Tierra comienza en el embarcadero de Cuemanco, con pan y café. Después de un recorrido por los canales se llega a la zona de la chinampa donde se cultivan los vegetales. Con esos productos, recién cosechados, se prepara una comida que se disfruta ahí mismo. La idea es que los asistentes entiendan cómo funciona esta ancestral técnica de cultivo que ha perdurado por siglos.

Así que la próxima vez que necesites desconectar de la ciudad, no vayas muy lejos, anótate a una mañana diferente en Xochimilco. Puedes conocer más detalles sobre las distintas opciones que ofrecen y sus canastas a domicilio aquí.