Kenia: la puerta al Serengueti

Aventura 12 octubre, 2020

Travesías Media / María Pellicer

Aunque propiamente se encuentra en Tanzania, la mejor puerta de entrada al Serengueti está en Kenia y sus espectaculares planicies.

Hay muchas razones por las cuales acercarse al Serengueti desde Kenia tiene más sentido, pero la más sencilla es la conectividad: Nairobi es uno de los hubs más importantes de África, y hay vuelos directos desde Nueva York, Johannesburgo, París, Londres, etc. Otro factor es que Kenia fue uno de los primeros países en desarrollar infraestructura turística en parques y reservas naturales, por lo que muchas compañías de safaris y lodges llevan trabajando aquí muchos años y conocen a profundidad el terreno.

Justo en la frontera entre Tanzania y Kenia, al borde del Serengueti, se encuentra Mara Triangle, una importante reserva natural que ofrece algunos de los paisajes más icónicos del continente y que es escenario del más grande espectáculo natural sobre la Tierra: la Gran Migración. Unos dos millones de animales cruzan el Serengueti y se dirigen al norte en busca de pastos verdes. Es ideal hacer el viaje en mayo, fecha de este desfile de la naturaleza.

Para llegar a este lugar desde Nairobi habrá que hacerlo en una pequeña avioneta. Los camps y lodges suelen gestionar esta parte del viaje para que uno no tenga que preocuparse por nada. Una buena opción para quedarse es Keekorok Lodge, que fue el primer albergue que abrió sus puertas en esta reserva natural y que puedes reservar en Hoteles en Línea.

Ya en tierra, las actividades del lodge suelen girar en torno a las dos salidas que se hacen al día para ver animales. El game drive, como suelen llamar a esta actividad, comienza siempre antes del amanecer, pues son horas de mucho movimiento. Por la tarde, poco antes de que se oculte el sol, se sale de nuevo aprovechando que las temperaturas bajan y es más fresco. Hay de todo para ver: elefantes, jirafas, cebras, impalas, ñus, jabalíes, hienas, hipopótamos, cientos de aves, búfalos, leones, leopardos, chitas y, si hay suerte y se puede visitar alguna de las áreas protegidas, incluso rinocerontes.

Finalmente, y como parte de este viaje fascinante, hay que visitar también a los masáis, los grandes guerreros de estas tierras. Muchas comunidades permiten a los viajeros conocer su estilo de vida a cambio de un par de artesanías. Es una experiencia que vale mucho la pena, pues nos acerca a conocer otras formas de vivir y entender el mundo.


Artículos Relacionados