Se calcula que 70% del chocolate que se produce en México proviene del estado de Tabasco. Ese porcentaje equivale a poco más de 18,000 toneladas de chocolate al año. Por eso, los chocolateros de corazón deberían de reservar un par de días para explorar las haciendas cacaoteras de Tabasco, descubrir el proceso que hay detrás de cada barra y probar los más deliciosos chocolates del país.

Villahermosa es el punto de partida de esta aventura chocolatera. La primera parada puede ser DRUPA, Museo Interactivo del Chocolate. No es un típico museo de cuatro paredes, sino un espacio al aire libre donde los visitantes se acercan al proceso, desde los cultivos hasta la elaboración de las tabletas. Un paseo guiado, que comienza entre los árboles y explica los procesos de cosecha, extracción de los granos, las camas de secado, etc., toma aproximadamente cuatro horas y cuesta unos 250 pesos. En este punto de la ruta del chocolate ofrecen talleres de chocolate artesanal, bombones rellenos, degustación y hasta chocolaterapia.

Al día siguiente, y después de haber explorado Villahermosa y su famoso Parque-Museo La Venta, hay que tomar la carretera que lleva a Comalcalco para dirigirse primero a la Hacienda Cacaotera Jesús María y después a la Hacienda La Luz. En la primera, que muchos conocen como Cacep (es el apellido de la familia que por más de un siglo se ha encargado de la administración y da nombre del chocolate que producen aquí), las visitas incluyen las plantaciones, además del proceso de elaboración. La hacienda está muy bien conservada y rodeada de mucha vegetación. No es necesario reservar para hacer la visita.

Ya en Comalcalco se encuentra la Hacienda La Luz, donde ofrecen todo tipo de experiencias y paquetes en torno al chocolate: desde el tour por la hacienda hasta una cata o incluso un taller de maíz y cacao. Aquí sí es necesario reservar con anticipación.

Para cerrar el la ruta del chocolate, ya de vuelta en Villahermosa, una cena en Gourmet MX de la chef Gaby Ruiz es la mejor manera de aproximarse a la gastronomía tabasqueña —hay que pedir el Sope de chicharrón y pulpo, y guardarle espacio al Pastel de chocolate sin harina o a la Textura de chocolate tabasqueño.

La capital de Tabasco es puro verde: vegetación, calor y humedad. Te invitamos a Villahermosa, la puerta que marca la entrada al trópico.